Esta semana Grace tuvo su primera experiencia urticante…
Estaba pasenado suelta y sin darse cuenta (en uno de esos momentos de excitación máxima) no pudo frenar a tiempo y fue a parar a un matojo formado por ortigas y zarzas.
La pobre se puso a rabiar no paraba de morderse las patas y la barriguita. Las almohadillas de los pies y algunos puntos de la barriga se le pusieron como un tomate y la llevamos enseguida al veterinario. Allí la pincharon directamente en la vena y nos direon un champú antipruriginoso para que la bañáramos con tal de eliminar los restos urticantes de la ortiga. Por la noche ya estaba más tranquila y todo ha pasado sin más problemas.
A partir de ésta, seguro que ya ha aprendido a diferenciar las ortigas del resto de plantas. Ah! Y los cardos tampoco son ya sus amigos depués de algún ‘encuentro’ con ellos.
Por cierto, en el veterinario nos comentaron que este año es espcialmente peligroso por la cantidad de orugas procesionarias del pino que hay.
Id con mucho cuidado puesto que son muy peligrosas para vuestro perro!
No sabéis como son? Pues aquí tenéis un formoso ejemplar: